un nuevo año dibuja una puerta entreabierta
donde cuelo esperanzas y destino
otra frontera nueva a la que me entrego
pasajero de un tren azaroso y sin fin
presa del descubrir cotidiano
voy entre sorpresas abriendo mis ojos
sintiendo la riqueza en mi interior
la misma que abraza vidas
sones de la infinita alegría
sin esmero ni esfuerzo llenan el vacio
con la sabiduría gitana de la música india
corazón que rige voluntades
el rugir del león que reina en el paraíso
nuevo día con que la suerte nos premia
antiguo sentir arraigado que se abre
como la primavera...
los dones no tienen dueño
se dejan atrapar con la inocencia de los niños
sonrien sin venir a cuento
mientras discurre el rio con el sonido de sus cantos
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