El escaparate oculta este pesar
Una luz que amenaza con irse
No hay glamour fuera de este instante
Los brazos, mis brazos cuelgan vacíos
El día se desarma ante esta noche
Y no es verdad, nada es verdad
Una grieta abre su puerta a mi desvarío
Solo el blues más negro puede que me entienda
Que un último adiós comprenda
Hay sombras en un horizonte culpable
No puedo seguir huyendo sin una herida
Todo rasga mis vestiduras más profundas
Los coros que en su día engordaron mi ego
Esos hados que confundieron mis sueños
Esa claridad que rozó mi cuerpo
Nada parece ahora indicarme la puerta
Solo el sonido del viento me despierta
Me deja en un limbo lleno de ecos
Hubo un antes y ahora un después
Y nada es real, todo es irreal…
Fulgencio Cerón Cervantes 3-2-2017
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