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aqui y ahora

La carretera dictaba su cruel destino
Sin escapatoria alguna seguía el trazado
Y aún cuando conseguía huir
Irremediablemente volvía
A dar con mis huesos en su asfalto
La prisión podía vestirse
Con sus más bellos andrajos
Que yo siempre acababa contando los días
De la sutil condena
Con una mariposa en mis manos
Siempre dispuesta a volar bien lejos
Usaba mi imaginación entre sus barrotes
Para escapar de tan feo olvido
Y aunque la memoria traicionaba los recuerdos
Una vieja harmónica
Perdida al final de mis bolsillos
Chillaba mis penas al contacto
De unas manos siempre dispuestas
Unos pulmones que lloran por su suerte
Algún resquicio conquistado…

Gency Cerón Cervantes 21-6-2013

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