
Brisa marítima que sopla
al contagio de las olas de un mar furioso
viento ensordecedor azotando sobre
el mástil del velero,
va el marinero buscando entre la bruma
la silueta deseada, de su princesa extraviada
cae, cual zozobra al filo de oscuras aguas
abatidas por la fuerte resaca
la espesa bruma le sume poca
limpidez al horizonte ennegrecido
ruge la marea divagando entre
aguas turbulentas
sin saber donde hallarse abatido
por las olas de aquel mar embravecido
casi ni advierte en su cercanía
el canto dulce de una sirena
se confunde, al canto melodioso
dulce sinfonía, envolvente al oído
suave susurro de una sirena
su sirena amada, su sirena perdida
va suspirando entre mares
va surcando a pasos ligeros
alejando tormentas, ella va sigilosa
rompiendo las olas, a su encuentro
va con una sonrisa prendida a flor de labio
va cantándole a su amado
entre risas, entre lagrimas
lo recuerda, lo añora
anhelando el abrazo de su sirena
siente el frío del mar quebrándole los huesos
ya no puede flotar mas sobre las aguas
el cansancio y el miedo lo atemoriza
siente el dulce canto ya muy cerca de el
al tiempo que se ahogan sus pulmones
el la advierte, ella lo reconoce
y se acerca suavemente
con sus ojos de verde estela
lo mira tiernamente
confusión absoluta al sentir calidez
al sentir placer,
cuando el aire se le agota
y la vida va abandonando su cuerpo
el umbral de la muerte se ha abierto
aguarda su llegada
ella lo mira con ternura
deseosa de besarlo, ansiosa por abrasarlo
con sus ojos llorosos, bebiendo su llanto
mas por la alegría de verle
sobre el fulgor del mar,
entre sus caderas airosas, le guarde su ola
ella le pide que la tome
que la baile sobre la espuma brillante
que la sostenga anudando su cintura
y le pide un beso en su boca
ella lo abrasa sonriente
al tiempo que sus brazos lo aprisionan
ella le pide que le haga el amor
y el se abandona al deseo cautivo de sus ojos
y entre llamaradas de fuego y viento
entre la resaca,
y el vaivén de las olas se fundieron
en cuerpo y alma
nadie supo mas de aquel velero
que naufrago sobre el circulo prescrito
nadie supo mas de aquel marinero
solo se escucho, un réquiem de despedida
su canto, su amor
su cuerpo, su deseo
su unión, su final
Grechka lee Maldonado
Junio 22,2009
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