Puede que no se lleve el aire melancólico
Que nos haga sentir viejos
Esos anacoretas recluidos en sus cuevas
Donde urden sus escapatorias en tiempos de crisis
Y consiguen liberarse de sus esclavitudes
Respirar un aire limpio de toxicidad
La mente se arroga toda una verdad
Utiliza nuestro ego y lo domestica
Confunde lo pensado con la realidad
De nuevo me refugio en una espiración
Seguida de una exhalación
Esa ancla que me devuelve al latido de mi corazón
Y renazco de las cenizas del pensamiento
Doy los buenos días mientras me entrego
A esos cotidianos quehaceres
A los que abrazo en lo más íntimo
Para vivir en un presente continuo…
Fulgencio Cerón Cervantes…5-9-2020
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