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aqui y ahora

Me acuso de haber soñado, de creerme alguien especial, y al hacerlo subirme a los altares de la importancia. Sé que he llegado a pensar tanto que incluso me he convertido en mi propio pensamiento. Dudo de que a estas alturas de mi vida pueda hallar refugio en cualquier otro sitio distinto a aquel que mi mente me proporciona. En la búsqueda de ese mítico lugar de acogimiento no he hallado el consuelo en religión alguna, solo si cabe, en una parte de mi interior que se parece a lo que han denominado el “ser”.

Es en este lugar donde el tiempo se detiene, donde el espacio se disipa, la vida como la conocemos desaparece…, solo silencio, vacío.

En el pago de mi culpa está mi redención. Nací con ella y he de aprender como superarla, como ser ese mejor pensamiento que de mí tengo. Y si existe ese descubrimiento que en mi meditación puede que halle, es en mi voluntad de cumplirlo donde redimiré mi anterior karma.

Puede que descubra que la existencia no es mi “yo”, que este solo es mi prisión, puesta en mi vida para que solo y sin ayuda recupere la libertad a través del amor, del descubrimiento del “otro”, de que soy parte de un “todo”.

En este punto no me importa si fui planta, si animal, si una piedra en mitad de un río o parte de una montaña. Estoy más metido en faena cotidiana, en las prisas del día a día, en mi relación de pareja, de padre, de vecino, de hijo, de ciudadano, de…

Volviendo al principio, siento que me he perdido en el camino, que este no es exactamente el que imaginé que sería, que en algún momento perdí las riendas del mismo. Puede que el aparente sueño en el que me muevo me haya dado un protagonismo que yo he asumido tanto que al hacerlo he olvidado metas que en un principio propuse hacer mías. Que si una mayor autorrealización, que si un trabajo social, que si dar las gracias por todo, que si contentarme con lo que la vida dispone, que si ser mejor persona, que si no quejarme por nada, que si apreciar lo que tengo,…

A veces me contento con la idea de retomar todos mis principios aparcados cuando acabe mi vida laboral, como veo hacer a mis mayores… No hablo claro está de aprender inglés, montar en globo o escribir un libro. Ojo, no descarto hacerlo. Más bien pienso en profundizar en mi meditación, en ese “ser interior” que en ella he descubierto, y a través de ello decidirme a seguir unos nuevos dictados, los que sean…, estar abierto a ello.

Mientras seguiré inmerso en el día a día, trataré de que este no se me haga cuesta arriba, de que mis percepciones se adapten más y más a ese final que un día espero disponer. Y asumiré ser alguien que codo con codo convive siendo más suma que resta, alegría que pesar, luz que tiniebla,…

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Comentario por Tina Quintana el marzo 11, 2010 a las 8:26pm
Fulgencio, sin duda escrito por tu "Alma", confia en ella siempre, ella es tu sabiduria.Un abrazo amigo.

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