Un torbellino de caricias alrededor de nuestros cuellos
Aquella brisa atrapó algo más que nuestra atención
Un velero surcaba el mar entre los faros
Y nuestra mirada subió al cielo y sus estrellas
Cala Cortina dicto el principio
El muelle de San Pedro siguió aquella escena
Y el Puerto con sus luces hipnotizó la noche
Seguimos persiguiendo la Luna hasta Portman
Y en aquel bar nos echamos las cartas
Recuerdo como entre el brandy y el humo
Se unieron nuestros destinos
Y al calor de la arena acabamos en Cala Reona
Cumpliendo un dictamen de atracción y pasión
Recuerdo las calas de Cabo de Palos
Las gaviotas sobrevolando nuestra desnudez
Y el Hotel Londres con sus noches locas
La Manga y sus domingos
Las comidas en la cama
La cama de la habitación 201…
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