Estaba dormido y en el recuerdo
Las pequeñas cosas me asaltaban
Ponían en la balanza sueños y realidades
Y consultaba a la bola de cristal en busca de respuestas
Sería mi incombustible duda o
La hora de las musas
Pero me sentía vivo
Lleno de esa energía sin nombre
Como cuando una música celta se agarra a tu baile
O como al equivocarme me proporciono
Esa segunda oportunidad más sabia
El tiempo taladra mis oídos como un violín en celo
Y las sombras del alba parecen atraer al sol
En ese mar levanto persianas
Acabo con la estampa que en la almohada queda
De un paseo entre la inconsciencia y la vida
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