A mi suegro y amigo
La luz se cuela entre los pinos
En mitad de este amasijo de recuerdos
Dándome la mano acompaña mi soledad
Por la ausencia de un ser querido
Parece que aún paseo a tu lado
Escucho como en una tormenta de ideas
Esa imparable inquietud por despertar a todo lo nuevo
Era difícil seguir la velocidad de tus pensamientos
Y un placer oír tus reproches enmascarados en consejos
Esa diplomacia de la que hacías inteligentemente alarde
Que me hacía reflexionar sobre lo humano y lo divino
Sobre mis fallos y la posibilidad de sacarles partido
Hecho de menos las charlas en las esquinas
Todas ellas son nuestros testigos mudos
Sé que te llegó el tiempo de la paz perpetua
Y yo que creo en la reencarnación
Deseo encontrarte en próximas paradas
Permite que te llame mi amigo en estas horas tristes
Aunque en el fondo de mi corazón
Doy las gracias por haberte conocido
Fulgencio Cerón Cervantes 22-5-2015
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